Si no me permito ver mi propia perfección, es porque depende de mi hacer los cambios necesarios para mirarme a mi mismo como obra perfecta de Dios. Algo en mi historia o en mi experiencia me impide ver la verdad.
La verdad es que todo ser humano nace perfecto porque únicamente existe la perfección.
Si me observo cuidadosamente, me daré cuenta cómo a través de los ojos de Dios puedo ser visto. Y me percibo diferente.
Si observo cuidadosamente todo lo que está a mi alrededor, también veré lo maravilloso de esos detalles que antes pasaba por desapercibidos y puedo admirarme de su perfección. Vivir con admiración trae armonía al alma y a la vida.
¡Que los ángeles acompañen tu camino!
Cuando nuestro arrepentimiento es sincero, no es necesario que la disculpa que pedimos sea aceptada por la otra parte.
Busca hablar con pureza desde el corazón. Errar es de humanos y cuando has cometido un error, simplemente admítelo. Admite cuánto lo sientes desde tu verdadero ser interior, comparte este sentimiento con los involucrados en el acontecimiento y pide perdón. Sólo recuerda que no necesitas que te lo concedan para continuar tu camino en paz.
El perdón de la otra persona no es lo que se necesita. Solamente necesitas el perdón a ti mismo. Si lo que sucedió no fue intencional, di que lo sientes y conserva en un lugar de amor a aquellos que no desean perdonarte. Tal vez ellos necesitan sanar una herida mucho más grande que ésta.
¡Que los ángeles acompañen tu camino!
armoniadelalma
No hay comentarios:
Publicar un comentario