jueves, 9 de marzo de 2017




al inicio de mi clase de las 8:00 a.m. un lunes alegremente le pregunté a mis estudiantes cómo habían pasado su fin de semana.,un joven me dijo que su fin de semana no había sido muy bueno. le habían extraído su muela del juicio. el joven procedió a preguntarme--¿ por qué siempre parecía tan feliz.?su pregunta me recordó algo que había leído en algún lado antes: “cada mañana que nos levantamos, podemos escoger cómo queremos enfrentar la  ese día”. le dije al joven: “escojo estarlo”.
“déjeme darle un ejemplo”, continué. los otros sesenta estudiantes en la clase dejaron su tertulia y comenzaron a escuchar nuestra conversación.“además de enseñar aquí  también lo hago en la universidad comunitaria en henderson, a unas diecisiete millas de donde vivo, por la autopista. un , hace algunas semanas, conduje esas diecisiete millas, salí de la autopista y me dirigí hacia la calle de la comunidad.-sólo tenía que  otro cuarto de milla por esa calle para llegar, pero justo entonces, se me paró el . intenté darle ignición de nuevo, pero el  no arrancó. así que puse mis luces tintineantes, tomé mis libros y me encaminé hacia la comunidad.
“tan pronto como llegué, llamé a la asociación de automovilistas  y les pedí que me enviase una grúa. la secretaria en la oficina del director me preguntó qué había pasado "-. este es mi día de suerte”,- contesté sonreído.“su auto se descompone y ¿hoy es su día de suerte?” ella estaba sorprendida. “¿qué quiere decir?  yo vivo a diecisiete millas de aquí”, le contesté. “mi auto pudo haberse descompuesto en cualquier lugar de la autopista. no lo hizo. en vez de eso, se descompuso en el lugar perfecto: a la  de la autopista, a una distancia que yo pudiera caminar hasta aquí.
todavía puedo dictar mi clase, y he podido hacer los arreglos para que la grúa me encuentre después de clases. si mi auto debía dañarse hoy, no pudo haber pasado de mejor manera”.--los  de la secretaria se abrieron por completo y luego sonrió. le sonreí de vuelta y me dirigí hacia el . así terminó mi historia a los estudiantes de mi clase de economía 
observé los sesenta rostros en el salón. a pesar de lo temprano de la hora, nadie se había dormido. de alguna manera, mi historia los había tocado. o tal vez no fue la historia en absoluto. de hecho,  había comenzado con el comentario del estudiante de que me veía alegre.
un sabio dijo una vez: “la  única diferencia entre un dia bueno y otro malo,  es la  actitud con la que asumes la situación" 
es asunto de decidir y saber que escoger. cuando escogemos mirar el lado bueno de la vida, siempre encontraremos una chispa encendida para sonreír e impactar a otro
grandes cosas ha hecho el señor con nosotros; estaremos alegres. salmo 126:3

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